domingo, 27 de diciembre de 2009

Está aquí y la odio

Y es lo más horrible, lo más sofocante. Es algo frío y duro, tan espeluznante que cuando lo sientes un escalofrío recorre tu nuca. Demoledor. Te derrumba con toda su intensidad; no importa cuanto arriba estés ni cuanto inmune hubieses creído que eras. Es algo inaceptable por mucho uno se esfuerce en aceptar, por mucho que hayas tratado de acostumbrarte cuando te has dado cuenta de que no puedes repararlo. Nunca lo aceptas, ni siquiera cuando estás convencido de que ya lo has hecho; que es entonces cuando la vida se encarga de tirarte en cara que estás equivocado y sólo te queda echarte a llorar, a veces con más tristeza o con más rabia, pero siempre con nerviosismo, tratando de huir de todo aquello tan insoportable o de castigar a alguien, alguien que sólo puedes acabar siendo tú mismo.
A veces me pregunto por qué nuestro cerebro no activa uno de sus mecanismos de defensa y desconecta nuestra parte consciente, provocándonos un desvanecimiento o algo parecido con tal de no soportar todo esto que nos cae encima, aplastándonos hasta llegar a tener la sensación de que vamos a morir asfixiados si alguien no nos rescata pronto. ¿Y por qué no lo hace? ¿Por qué nuestro cerebro no nos ayuda? Ya lo he dicho: porque no importa cómo seas ni cómo estés, ella siempre consigue alcanzarte y tú siempre sucumbes; y sí, lo hace: te devora por dentro sin llegar a matarte para que puedas sentir todo de lo que es capaz… Y lo peor: es experta en lograr que TÚ te sientas culpable por padecerla. Tú eres el único responsable de poseer ese parásito agarrado a tu cuerpo y vinculado a tu mente, succionando poco a poco tu vitalidad y desgarrándote por dentro cada vez que te das cuenta de que existe y esta ahí. Lo cual desencadena que también te sientas estúpido, pues, empiezas a pensar que si tanto dura esto, si tanto te ataca, será porque esta es tu única forma de vivir; por lo que debes aceptarlo, como ya he dicho. TIENES que aceptarlo si quieres optar por continuar viviendo en un estado mental estable. Pero eres incapaz de ello. Ansias librarte de ella, ansias hacerlo, ansias poder ser diferente y te derrumbas en el intento o creas la fantasía de que puedes aceptarlo y sobrellevarlo, de que es posible o incluso que ya lo has logrado. Es entonces cuando la recaída es aún más fuerte… Y es entonces cuando, en ambos casos, te sientes tan estúpido, pequeño y patético por no ser capaz de vivir bien de ninguna de las maneras: una por no poseerla y otra por no aceptarla.
Los lobos solitarios, si hay que entenderlos como hombres respetables que han elegido y aman su condición, no existen. Todos están muriéndose por dentro de una forma continua. La único que les caracteriza y les diferencia del resto de personas que sufren las macabras ideas de ella es que han logrado construir un muro que los aísla completamente del exterior, de forma que no puedan llegar nunca a aceptarlo (lo cual es imposible sea del modo que sea) ni a arreglarlo.
¿Y ellos lo han logrado? No. Ha sido ella. Ella, ella sola (“ella” y “sola”, qué bonita ironía) ha conseguido trastornarlos hasta tal punto en que ha podido dominar y manipular a esos hombres para que construyan un obstáculo más (y encima más fuerte) que les impida avanzar. Es cuando una persona obtiene ya la perdición y cae en lo más profundo de ella, cuando es imposible escapar pues ya está atrapado en la red para siempre, esperando la muerte y añorando la feliz agonía por la que pasó antes llegar a la última fase.
Y yo me pregunto, ¿cuántos ladrillos me quedan para terminar de construir el muro?

jueves, 17 de diciembre de 2009

Teoría de la Amistad

Un trabajo de filosofía hecho en media hora a las 12 de la noche y deseando irme a dormir (por favor, tened esto en cuenta XDDDDDDDD).

Para empezar creo que, se hable del tema que se hable, es muy difícil plantear una teoría y conseguir plasmar en palabras exactamente lo que tú quieres decir. Supongo que la labor más grande, más que pensarlo y planteártelo bien, será lograr expresarlo. También encuentro difícil cómo empezar, así que me voy a ayudar un poco.
La amistad. Veamos primero qué es lo que dicen los señores de la RAE sobre ella:

amistad.
(Del lat. *amicĭtas, -ātis, por amicitĭa, amistad).
1. f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
[…]
5. f. ant. Pacto amistoso entre dos o más personas.

La verdad es que la definición que nos da la Real Academia Española es casi exacta a la que podría dar yo si tuviera esa capacidad de la que carezco para expresar bien lo que siento o pienso.
Sí, podría decirse que la amistad es aquel afecto que hay entre dos personas y que no pertenece a un ámbito familiar ni amoroso, pues es muy distinto el trato que se tiene con un familiar o querido que con un amigo. “Puro y desinteresado”; no es un afecto por compromiso o por fuerza de vivir durante años con él (familia) ni por algo sexual o amoroso.
Pero, espera… Así debería ser, pero leed esto: “Pacto amistoso”. ¿Seguro? Aunque supongo que no dice “Pacto” con el sentido más literal de la palabra, no puedo evitar mal pensar.
Representa que la amistad surge y que es puro y desinteresado y todo lo mencionado arriba anteriormente, pero, en realidad, mucha gente elige a sus amigos. Son falsos amigos. Amigos de clase, amigos de fiesta… Gente que frecuentas o incluso con la que sales pero que realmente no son amigos de verdad. Son amigos por conveniencia, por aburrimiento, por no estar solo o gente que simplemente te parece maja y te apetece ver de vez en cuando sin llegar a tener nunca una conexión especial. “Pacto amistoso”. Esa clase de amigos, amigos que no son de verdad, deberían llamarse en realidad “compañeros” o “conocidos”. A veces me siento falso/a cuando digo algo como “un amigo me contó…” o “le conozco, es amigo mío”; porque sé que no es verdad. A lo mejor alguien me cae bien, comparto gustos con él/ella o incluso nos vemos a menudo porque vamos a los mismos sitios o, es más, me apetece verle porque es divertido, pero eso no significa que seamos amigos. Probablemente, si se fuese a vivir a otra parte ninguno de los dos haría la molestia de ir a visitar al otro, ni siquiera una vez al año. Hay muchos conocidos de ese tipo y aún así nos empeñamos en llamarles amigos. Muchas veces hasta nos creemos que somos amigos de verdad; el clásico ejemplo es el de tu compañero de clase favorito. Como te ves cada día con él y vives diferentes experiencias con esa persona, empiezas a salir también con ella para seguir divirtiéndote o garantizar que seguiréis siendo vuestro “compañero” favorito (pacto amistoso). Y pueden pasar dos cosas: que con el tiempo acabéis conectando y siendo amigos de verdad o que, en X momento de tu vida en que te tengas que separar de ese ambiente que te obliga a estar tantas horas con ella (te cambias de instituto, esa persona se muda lejos, etc., cualquier cosa), pierdas el contacto con esa persona o de pronto se interese más por las personas que ahora tiene cerca que por ti, pues las ve más y le interesa más tener una buena “amistad”. Porque la “amistad” muchas veces es eso: interés. El interés de entretenerte, de no estar solo, de tener alguien con quien ayudarte. Si no tienes a nadie cerca de ti que cubra las necesidades de un verdadero amigo, buscarás un suplente. O puede que llegues a tener cien suplentes; pero eso no significa que sean verdaderamente amigos tuyos. Y ese es un error que comete mucha gente: considerar a alguien como a un “amigo” precipitadamente, a veces incluso sin conocerle del todo. Por eso dudo cuando debo explicar qué es para mí la amistad; porque hay la parte sincera, la auténtica, la bonita y desinteresada y la parte fea, la hipócrita e infantil. Si la gente supiera diferenciar bien entre un conocido o compañero y un amigo, yo podría decir abiertamente esto: la amistad es aquello que tienen dos personas que se conocen a fondo y que, pese a sus diferencias (aunque probablemente puedan tener algunas cosas en común, pero no siempre es así), pese a sus cosas buenas y sus cosas malas, se aceptan tal y como son; pues las cosas buenas de esa persona, aunque sean pocas, compensan con creces todo lo malo que tenga que soportar (o, ¡es más! Puede que hasta uno ame las cosas “malas” que tenga su amigo y le prefiera con esos defectos; pues es lo que pueden hacerle especial a uno. Sin esos defectos no sería la misma persona). Dos personas sinceras, con la suficiente confianza de decir, por ejemplo, cuándo les gusta algo y cuándo no sin temer qué pensará la otra. Dos personas que se preocupan una por la otra y la ayudan sin que sea necesario pedirlo, ¡y no por compromiso! Sino porque desean hacerlo, porque si el otro no está bien, él tampoco lo está, pues no soporta ver sufrir a su amigo porque le aprecia demasiado. Dos personas que lo pasan bien juntas y que aunque se distancien o aparezcan nuevos individuos en medio sigan en contacto y no pierdan nunca la confianza y el afecto que tienen la una por la otra. Y, obviamente, cuanto más tiempo pasa más grande es la amistad, porque cuanto más tiempo pasas con una persona, más la conoces y descubres más cosas (buenas o malas) que aceptar sobre ese individuo y, por lo tanto, si una amistad no muere es porque se hace más fuerte.

En conclusión: considero que la amistad es algo muy escaso y difícil de conseguir y que la gente comete un gran error al no saber diferenciar un compañero o conocido de un verdadero amigo. Esta equivocación es lo que más abunda (pues es lo más fácil) y no es más que eso: un pacto hipócrita que se hace por interés, por aprovecharnos del otro (a la vez que el otro se aprovecha de nosotros) para conseguir X; mientras que la verdadera amistad es algo precioso, sincero y desinteresado.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Imposible

Estupendo.
Menuda mierda.

Me cuesta mucho escribir, MUCHO.
Bueno, mentira. Escribir es súper fácil. El problema está cuando no tienes ni idea de qué escribir y eso es exactamente lo que me pasa a mi todo el tiempo. TODO EL TIEMPO. Y las pocas veces que se me ocurre algo acaba siendo cualquier mierda personal o tonterías varias como las que hay más abajo.
Pues bien, ahora estaba inspirado/a (como prefiráis, ya me da igual, seré un ser asexuado si queréis) y tenía ganas de escribir, ¡sabía qué escribir (aunque volviese a ser una mierda; esta vez una fusión de los dos tipos de textos anteriores, pero al menos sabía qué teclear )! Ahora o no me acuerdo o se me ha pasado la inspiración (todavía no lo he decidido) y para colmo no dejo de poner paréntesis. Odio poner paréntesis tan seguido, aunque parezca extraño, cuando veo un texto con tantos paréntesis me da por pensar que la persona que lo ha escrito es subnormal.
Soy subnormal.
Bueno, supranormal. Supranormal me gusta más, aunque no salga en la RAE.

He estado a punto de poner OTRA VEZ una aclaración entre paréntesis. Una aclaración que no calía y solamente me haría parecer más sub.. supranormal desde mi punto de vista.
¿Por qué? No sé.
¿Por qué estoy diciendo tantas chorradas? No sé.
Estoy nervioso/a supongo. Cuando estoy nervios/a digo tonterías, y ahora estoy nerviosa/a por cuatro motivos: porque se me ha pasado la inspiración o me he olvidado de lo que iba a escribir (sigo sin haberlo decidido todavía), porque no dejo de poner paréntesis, porque me aburro y porque veo que ahora que soy un ser asexuado no pararé de poner barras y eso también me cabrea.

Vale, estoy escribiendo realmente mal. Y jode. Me jode mucho escribir mal, y más ahora que vuelvo a tener ganas de escribir.

De verdad que me gustaría poder escribir algo mínimamente extenso; pongamos un libro, por ejemplo, aunque no pretendo llegar tan lejos precisamente (OH DIOS, QUÉ AMBICIOSO/A QUE SOY: PRETENDO PODER ESCRIBIR CON NORMALIDAD UN PUTO BLOG. NORMAL QUE NO ME SEA CONCEDIDO TAL DESEO*).
Imposible a menos de que hablásemos de un libro delgaducho de unas 100 páginas donde un/a psicópata en pleno ataque de nervios hubiese escrito sus 1000 y una chorradas con un registro tan cutre y coloquial como el que estoy empleando ahora. Y sí, todo serían chorradas. No podría escribir una historia fantástica, ni una realista: nada de novelas. Ni podría ser un libro filosófico, ni autobiográfico (porque entonces acabaría siendo una novela victimista como la de Cielo Latini y yo no quiero eso; y ojo: admito que adoro su libro pese a detestar el victimismo e incluso me siento identificado/a con ella algunas veces), ni didáctico (hola me llamo Alex y vengo a explicaros cómo comer espaguetis), ni informativo (servidor/a no sabe una puta mierda sobre ningún tema en esta vida), ni cualquier otro tipo de texto que se os ocurra, Y TODAVÍA MENOS DE 100 PÁGINAS. Cierto, cierto: tiendo a extenderme SIEMPRE. Me dicen que haga un ensayo de 50 lineas y acabo escribiendo dos hojas, pero eso es cuando me dan un tema del que hablar. Lo mío sería que me encargasen un libro con X parámetros y entonces podría hacerlo. Pero no sería mi libro. Aunque lo hubiese escrito yo, no lo habría escrito yo. Literatura hipócrita. Podría escribirle los discursos a los políticos o podría haber sido yo quien hubiese redactado el libro de Su Majestad la Reina Doña Sofía, aunque gracias a Dios ni siquiera he visto la portada de susodicho escrito. En fin, que no, que no sirvo. Me gusta escribir pero no sirvo. Sólo escribo chorradas, y vale, sí, leerlas puede llegar a ser incluso divertido una, dos veces. Luego cansa. Este/a pesado/a siempre escribe lo mismo, siempre se queja, siempre se enrolla durante 3 párrafos para decir la misma chorrada, siempre usa el mismo registro, etc. Y además es que lo que escribo no tiene nada de interesante. Como mucho podría ser una alternativa al aburrimiento y a la larga acabaría rallando y reconvirtiéndose nuevamente en aburrimiento.
Perdón, EL aburrimiento. Es tan escalofriante este sentimiento que se merece un respeto. Lo odio. ODIO el aburrimiento. OOOODIO al aburrimiento. LO ODIO.

Y señores, no vamos a mentirnos. Esta es una de las chorradas que escribo siempre, pero en peor. Porque no estoy contando absolutamente nada. Estoy contando menos que he contado nunca. Me acabo de dar cuenta de esto último cuando una amiga (¿la convierto en un ser asexuado, también?) me ha preguntado que qué hacía, y le he respondido esto:

  
Paranoid Android   dice:
*estoy escribiendo una de las gilipolleces mas grandes que he escrito


Y voy a aclarar el asterisco inútil que he puesto más arriba, antes de que se me olvida o me vuelva a ir por las ramas (es alucinante, me voy por las ramas cuando en realidad no estoy hablando prácticamente de nada. ¿Lo veis?). Y digo inútil porque en realidad es una aclaración inútil pero que me da la gana aclarar: no quería tener que dar por supuesto que todos sabéis que soy ateo/a y que por lo tanto lo de la influencia de Dios en lo que hago es sarcasmo. Nadie tiene más culpa que yo mismo/a por no ser capaz de poder escribir. No le echo las culpas a otros. La incapacidad es mía.

Y señoras y señores, mi querido/a hermano/a (venga, a este/a sí que lo voy a convertir en un ser asexuado) me quiere echar del ordenador, por lo que voy a tener que dejar este absurdo ensayo aquí.
Mierda. Tenía ganas de escribir.

lunes, 13 de abril de 2009

Dale al play y espera a que suene la música antes de leer nada



Paolo Conte - Boogie

¿Cómo puedo escribir si trato de moverme al ritmo de la música?
Ja. Es una lástima que no podáis ver los tiempos en que pulso cada tecla… Sería divertido que vieseis el ritmo con el que estoy tipeando. ¡¡Jaa!!
Es genial. Sería muy divertido, sí, y que según leyeseis esto fuerais moviéndoos, levantándoos de la silla, bailando. ¿Qué importa si no sabes bailar? Solamente tienes que escuchar esto y el cuerpo se mueve solo. No tienen que concederte ningún premio por saber bailar mejor o peor. Tal vez, si quitáramos la música, a ojos de cualquiera estarías haciendo el idiota. “Un pato mareado”, te dirían. “No sabes bailar”. ¡Pero hay música! ¿Qué importa eso si hay música? No bailas para hacer bonito, ¡te mueves para sentirla! ¡Para sentirlo!
¿Sentirla o sentirlo?
Sentir la música y sentir el ritmo.
Jaaaaaaaaaaaaazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.
Sé que estoy delirando, como en la primera entrada. ¡Pero no importa! Era eso lo que quería decir. ¿Qué importa quedar mal? ¿Qué importa el tema estético?
¡Solamente disfruta! Estoy disfrutando escribiendo idioteces mientras me muevo al escuchar la música. Esto no tiene nada de literario ni de interesante.
Solamente…
No puedo explicarlo. Ni siquiera puedo escribirlo, ¿y para qué hago esto?
¡QUIERO QUE TODO EL MUNDO ESCUCHE ESTA MÚSICA!





Dudadaaaaaaadudaduuuuuuu… Tatatattaa…

No me importa absolutamente nada, solamente seguir haciendo el imbécil y pasándolo bien.

Es irónico que, por muchas cosas que puedan pasarte, una simple canción te alegre el día. ¿Qué es una canción? Una composición cantada con música. ¿Y la música? Según la RAE, una “sucesión de sonidos modulados para recrear el oído”. Y el sonido: “sensación producida en el órgano del oído por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, como el aire”. ¡JA! Son simples vibraciones lo que me hacen sentir así. Es irónico, ¿entendéis lo que os digo?
Supongo que no.

Sé que este tema se viene repitiendo. Ya lo había comentado antes. Pero…
No puedo evitarlo, estoy escuchando Paolo Conte.

Lo que decía…
Era un mal día. Último día de vacaciones y yo estaba con el horario cambiado. Me puse el despertador a las 11 y a las 12, en un intento de levantarme más pronto para adaptar mi horario de nuevo a la maldita rutina académica.
¿Cómo me voy a despertar a las 6:30 AM si me acuesto a las 4 AM?
Y me solía despertar hasta hoy entre las 3 y las 5 PM. Sí, lo admito, me he pasado la semana santa invernando y sin salir de casa cuando en realidad tenía planeado irme de fiesta todos los días. Soy así.
En fin, no me levanté ni con el despertador de las 11, ni con el de las 12, ni con el repetidor de la alarma. Encima estaba durmiendo mal, en la cama de mi padre para que mi gata (que duerme cada noche con él) no se sintiese sola ya que es muy dependiente de la gente de esta casa y están faltando dos personas en ella. Qué incómoda es esa cama y para colmo me había pasado toda la noche tosiendo… Creo que pillé algo. ¡Ah! Y con la menstruación. Fiesta. Me encontraba horrible. Además, la gata se apalancaba en mis piernas y no podía moverme. Y sobre las 2:30 PM, va y suena el teléfono.
Dios, el timbre del teléfono nunca se me había antojado tan estridente. Horrible. Peor que aquel día que saltó la alarma anti-robos en la escuela de pintura de la madre de Nar.
En fin, me levanto antes de que mi cerebro termine de activar del todo la parte consciente y cojo el teléfono en estado de zombie total (a Iris le hubiera gustado verme lanzándome al cuello de alguien y desgarrándolo a bocados) y con voz de ultratumba.
Ja. La puta mierda de publicidad de ya.com. ¡Gracias, conseguiste que me levantase! ¡Gracias, de verdad! Pero cállate: ¿no oyes la voz que tengo? ¿No entiendes que acabo de despertarme? El hombre seguía hablando contándome cosas sobre Internet que en aquel momento no entendía. Le digo: sí, sí, tengo Internet. Me pregunta qué compañía. Le respondo con la ilusión de que me deje en paz y sigue con su discurso inentendible. Sonidos molestos que parecen humanos pero que soy incapaz de comprender. Finalmente me canso y le digo que ahora no puedo, que me acaba de despertar y que no entiendo nada de lo que dice. Se queda callado, me pide perdón y cuelga. Ja. Ahora me da pena, solamente hacía su trabajo. Pobre hombre.
Bien. Podéis imaginar el mal humor que tenía en aquel momento.
Vine a la sala de los PCs y encendí los ordenadores. Me fui al baño y, al salir, puse música.
Ja.
Todo se fue. Todo el mal humor se fue. Es increíble la influencia que tiene la música sobre mí. Qué viva me siento hoy…
Por favor, escuchad esto. Escuchad esto y alegraros por cinco minutos.

Otras canciones impresionantes de Paolo conte:

Via con mi
Come di
Azzurro
Sparring Partner
Dragon
Happy Feet
Azzuro

viernes, 10 de abril de 2009

Un crack: Juan Antonio Canta



Óyeme tú que eres joven, tú que sabes comprendé'
tú que luchas por torturas en las ongs

Eje?!, qué pasa?

Coge minerales, ese carbonsito,
pedaso carbonsito que estaba en la mina solito solito
y llega un minero y le mete un pico
y le parte la vida, la carne y la mena,

escúchame nena por un burdel pa' que 'sté calentito
al carbonsito le meten un pico y se vuelve adicto

Mira qué listo lo nunca visto

Qué idea ea ea ea

Tomate, qué culpa tiene el tomate?
que está tranquilo en su mata,
que llegue un hombre
lo arranque y lo meta en una lata y lo fría con patatas,
patataaaaa, pataaaaaaaaahhh

Aseituna', violadas,
la coliflor el serebro vegetal,
se sirve en mayonesa de filosofía
qué barbaridad, de humanidad,
qué idea eaeaeaea

Y ahora en inglés

Un limón y medio limón y
Dos limones y medio limón y
Tres limones y medio limón y
Cuatro limones y medio limón y
Cinco limones y medio limón y
Seis limones y medio limón y
Siete limones y medio limón y
Ocho limones y medio limón.

Se que parece una película de Greenaway
pero es tan sólo un ejercicio de malabarismo
Me da lo mismo que nadie lo pueda entender
yo y mis limones tenemos tanto de que hablar

Sacamos, a pasear a los animale',
mira mi perro Alaskan Malamute,
qué nombre mas feo
qué dueño mas chupi

Sé vegetal y saca tu nabo a pasear,
cuidado que salpica
no te acuerdas de lavarse una vez al mes

Sé cotiledonio, monocotiledonio o dicotiledonio,
no seas tan cotilla, esa es cotilla
parece un sumidero y es tu corazón,
son será será son son, son será será son son,
son sera te va' quedar soltera, te va' quedar

El mundo está así por ser tan bestias
Seamos vegetales, reproducirse por esporas
estas no son horas, seamos vegetales
los tales son cuentos, los cirios pascuales
así de radicales, tales de mileto
y ahora te lo meto en inglés americano

Toma toma toma toma


Un limón y medio limón y
Dos limones y medio limón y
Tres limones y medio limón y
Cuatro limones y medio limón y
Cinco limones y medio limón y
Seis limones y medio limón y
Siete limones y medio limón y
Ocho limones y medio limón.

Mundo limón.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Disertación sobre la felicidad

Me apetecía colgar este texto. Fue un trabajo importante que hice el año pasado en un crédito de ética (parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre). La verdad es que me quedé bastante contento con los resultados, pero ahora lo he vuelto a leer y cambiaría algunas cosas... pero en fin. No voy a alterar el trabajo.

"Si buscamos una definición no fisiológica de la felicidad encontraremos algo como esto: “Estado de grata satisfacción espiritual y física” (Real Academia Española). Sin embargo, no creo que con ello se tenga suficiente. Creo que la felicidad es algo muy relativo y distinto en cada persona.
Para mí, ser feliz es estar bien con uno mismo, con lo que te rodea y con lo que ya tienes. Por ello creo que es algo muy difícil de alcanzar. Siempre hay pequeños o grandes problemas que nos preocupan y un montón de deseos que queremos hacer realidad. Nos asignamos metas y, a medida que las alcanzamos, nos vamos marcamos más y más propósitos. Quizás soy una persona negativa, pesimista, pero verdaderamente no creo que nadie obtenga una felicidad estable. No creo que exista ni que nadie la haya poseído nunca. Puedes ser feliz en un determinado momento donde te sientas plenamente satisfecho o contento con algo; pero enseguida vienen obstáculos, deseos o problemas que te hacen descender de nuevo. A lo mejor sí que es fácil conseguir la felicidad y lo difícil es mantenerla. Creo que es por eso que nunca digo que soy o estoy feliz, sino simplemente contenta. Yo seré feliz el día que esté plenamente satisfecha conmigo misma y con lo que me rodea, cuando no tenga preocupaciones o problemas ni más deseos que alcanzar. Por ello repito que si un día estoy bien, considero que estoy contenta y no feliz, ya que siempre tendré aquellos problemas o deseos de fondo. Espero alcanzar la felicidad, pero como ya he dicho, si la alcanzo no creo que dure demasiado. No creo en una felicidad constante o estable. La felicidad es algo espontáneo y temporal. Es algo que se da en pocas dosis, en lapsos de tiempo cortos.
Creo que los factores que normalmente contribuyen a la felicidad de una persona son bastante obvios —o al menos para mí—. A parte de los factores necesarios para la supervivencia —comer, dormir, etc. —, para mí son importantes estos (no están en orden de preferencia): amistad, familia, amor, sexo, riqueza, salud y aceptación propia. Luego hay muchos otros factores que, para mí, son más secundarios (pero no menos importantes). De todas formas he buscado información y he encontrado algo llamado la “Pirámide de Maslow”.

La Pirámide de Maslow es una teoria psicológica sobre la motivación humana propuesta por Abraham Maslow en 1943. Esta pirámide representa una jerarquía de las necesidades humanas que nos van acercando a la felicidad segun las vamos logrando. La pirámide está dividida en 5 niveles, del más bajo al más alto: necesidades fisiológicas básicas, necesidades de seguridad, necesidades de afiliación o aceptación social, necesidades de reconocimiento o autoestima y necesidades de autorrealización. En el esquema se ve con más claridad de qué necesidades está compuesto cada nivel.
La idea es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando ya se han satisfecho las necesidades inferiores en la pirámide, de forma que vamos ascendiendo en la jerarquía.
Estoy de acuerdo con la teoría de la Pirámide de Maslow, pues según vas logrando y satisfaciendo deseos se te van presentando otros distintos que te pueden ir acercando cada vez más a la felicidad. Por lo contrario, si un deseo deja de ser satisfecho opino que se puede descender de la pirámide con facilidad. En nuestra situación, solamente el nivel fisiológico está siempre cubierto, y por ello nunca va a parecernos suficiente para ser feliz. Para ser felices creeremos que necesitamos alcanzar el nivel de seguridad, pero una vez estemos en él ya no nos parecerá suficiente y ansiaremos otro nivel superior; y así sucesivamente. Aún así, no creo que nunca lleguemos a un último nivel.

Para acabar, quería hablar sobre algo que siempre me ha llamado la atención. Tal vez me equivoque, pero es mi punto de vista y creo que estoy en lo cierto.
Quiero hablar sobre la ignorancia, y no refiriéndome al hecho de ignorar cosas a propósito, sino del no saber. Creo que ser ignorante de lo que sucede —por decirlo de alguna forma; la verdad es que no se explicarme muy bien en esto— ayuda a lograr la felicidad. Con la ignorancia no te das cuenta de muchos problemas o preocupaciones que podrían estar allí si fueras más consciente. Yo misma he tenido problemas —o a mi alrededor han habido problemas— durante mucho tiempo y no me he dado cuenta de ello hasta que no he madurado lo suficiente psicológicamente; y estaba mejor sin saber acerca de todo aquello. Era más feliz en la ignorancia, aunque admito que es algo bastante triste —tal vez podría considerarse una falsa felicidad—. No sabría elegir entre ser ignorante y feliz o consciente y no tan feliz.
Un claro ejemplo de lo que quiero decir son los niños. Normalmente, un niño es más feliz que un adulto. Cierto que puede seguir teniendo preocupaciones que, aunque al adulto le parezcan absurdas, al niño le parecerán de lo más problemáticas; pero aún así, el niño suele ser más feliz que el adulto.
No quiero que lo que digo se interprete como que un niño no tiene la responsabilidad de unos estudios, trabajo, familia o cosas por el estilo. Eso también puede influir en mi teoría, pero no me refiero a eso. Por poner un ejemplo al azar diré el problema de sequía que estamos sufriendo. Yo puedo pasarme el verano preocupada por si van a haber restringiones de agua, por si nos vamos a quedar sin subministración hidráulica en España, etc. En cambio, un niño ignora todo eso hasta que de verdad no vea que ya no sale agua del grifo. También hay personas adultas que lo ignoran hasta que no pasa lo que pasa. A eso me refería, aunque no acaba de gustarme el ejemplo que he puesto. La ignorancia, la falta de información o cultura, el no saber o como querais llamarle creo que ayuda a ser feliz. De todas formas, repito que la ignorancia es algo tan triste que no creo que la aceptara a cambio de poseer la felicidad. La ignorancia es algo que no me gusta y que sólo se lo perdono a los niños debido a su lógica y natural falta de madurez. Siento decirlo, pero no quiero que nadie sea feliz si es a partir de la ignorancia.
"

viernes, 20 de marzo de 2009

Tengo sed

Estar sentada con la boca seca, muriéndote de sed… pero la vagancia que te arrastra es tan grande que ni siquiera esa es una necesidad suficientemente importante como para levantarte de esta puta silla. ¿Qué más? Dolor de cabeza, cansancio… un aburrimiento horrible. Podría hacer lo que sea, LO QUE SEA, pero la pereza que tengo ahora mismo es superior a todo. ¿Cómo puedo ser así? Me quedo mirando la pantalla del ordenador. Nadie en el chat, nada en el foro. ¡Nada que hacer en una estúpida computadora! Pero aún así estoy esperando como una imbécil, mirando los colores de los miles de píxeles que forman la imagen del fondo de escritorio… esperando a que algo interesante aparezca por arte de magia. Por favor, ¡es viernes! ¡Haz el favor de salir fuera! Sabes de sobras que una vez estés en la calle comenzarás a sentirte mejor interiormente. Tal vez hasta se te quite el dolor de cabeza. ¿Nadie para salir? ¡Mentira! ¡Son excusas! Si te espabilaras seguro que encontrarías a alguien dispuesto a dar una vuelta como mínimo. Venga ya… ¿a quién pretendes a engañar? ¡Yo! Yo lo sé. A mí misma. Todo va entorno a mí… Tal vez debería llamarme Mía, como aquel personaje que tanto me gusta. Mía… Pero en realidad, Mía es la diosa de la bulimia. Ay… pero yo no soy bulímica, aunque alguna vez desee tener como a diosa Ana. ¡Anoréxica! ¿Qué persona quiere ser anoréxica? Solamente para llamar la atención. Suerte que sólo fue una idea estúpida de adolescente flaca a la que le encanta comer. Es irónico. ME COMO A MÍ. No. Sería incapaz de llegar a lo mínimo a lo que llegó Cielo Lattini en cuanto a desordenes alimenticios. No tengo ni el más mínimo problema en eso, adoro comer. Si no como, me muero. En cuanto a otros problemas psicológicos… ¡Echemos una carrera! Seguro que gano, Cielito.
¿A qué viene esto? Tal vez sea cierto que estoy loca. O tal vez, simplemente me afecte más de lo normal escuchar música. ¡Sí! ¡Sí, sí, sí! Música.
Ajá. Ahora un psicoanalista lee esto y explota. ¿De la risa? ¿De la desesperación? Venga… No comiences con el victimismo, bonita. Aburre. Es aburrido. Vale, ya paro.
¿Te das cuenta? Es la música. Te hace vivir más según qué sentimientos, depende de la canción. Intensifica el momento. Aprovecha con cada nota para desfogar todo aquello que sientes… todos tus pensamientos.
¿Estoy haciendo uso de la “palabra viva”? El señor Maragall estaría orgulloso de mí. Tan perfeccionista que soy yo… No es normal. Lo normal sería estar borrando este texto continuamente. Modificando frases, cambiando palabras. Eliminando pensamientos que tal vez considere ridículos.
¡NO! Se acabó. ¿Qué puta mierda de texto escribiste la otra vez? Ajá, aquel donde expresabas pensamientos, donde explicabas situaciones de tu día a día que te habían hecho reflexionar o que te inquietaban… teóricamente siendo sincera. Pero no lo fui. Y ahora me engañaré diciendo que esta vez vuelvo a empezar de cero y no voy a volver a mentir. ¡JÁ! Me río de mí misma. Tal vez escribiendo esto diga más verdades… pero seguiré mintiendo. ¡Es obvio! Los humanos somos cabrones e inseguros por naturaleza. Lo de mentir lo llevamos en la sangre, es inevitable.
Uy, se acabó la canción. Me duele la cabeza.
Ah, ya comenzó otra y el dolor volvió a disimularse. Supongo que estoy siendo masoquista… con dolor de cabeza y escuchando música. Debo estar jodiendo todavía más mi pobre cerebro. Qué chamuscado debe estar ya… Soy difícil de aguantar, ¿eh? ¿Y qué hago con esto? ¿Comienzo a enviarlo a gente como hice anteriormente? Ah, qué triste. No. Naaaaaaaah… (¡Puto Word! Me subraya el “nah” como falta de ortografía. ¿Y si a mí me da la puta gana de escribir “nah”? Maldita máquina. Si de hecho estoy escribiendo sin faltas yo sola. No necesito tu puto corrector que sólo me corrige las palabras que invento o que no salen en diccionarios aunque la gente las use. SÉ MÁS DE ORTOGRAFÍA QUE TÚ, ESTÚPIDO ORDENADOR… ¡a veces me doy cuenta de faltas obvias que ni tú corriges! No te necesitoooooooooooo).
Ay… ¿qué estaba diciendo antes de que desvariase de esta manera? Exalto rápido. Me siento extraña. Estoy extraña… Mmmh. Lo colgaré en un blog. Sí, haré un blog. Qué palo, ¿verdad? ¿Y cómo representa que alguien va a enterarse de que mi blog existe y leerá esto? … ¿Subnick? Ps. Alexander, búscate la vida.
¿Alexander? … ¡Ya me gustaría ser otra persona! Dije que iba a ser sincera. No voy a fingir ser otra persona. Tan sólo permitidme que use otro nombre femenino. ¡Eh! ¿Por qué no? Llamadme Alex. Pero soy Alex chica. Como de Alexandra o de lo que queráis. ¿Puedo ser Alex como de Zoe? ¿O como de Astrid? ¡Claro que puedo! Yo hago lo que quiero. Yo, yo, yo, yo. Yo, yo yo y yo. ¡Egoísta! Luego haré el blog, ahora tengo sed.
…Y Alex se fue definitivamente a beber agua.
(Hay que ver el escándalo que tengo que organizar para convencerme de ir a beber agua… ¡já!).