viernes, 20 de marzo de 2009

Tengo sed

Estar sentada con la boca seca, muriéndote de sed… pero la vagancia que te arrastra es tan grande que ni siquiera esa es una necesidad suficientemente importante como para levantarte de esta puta silla. ¿Qué más? Dolor de cabeza, cansancio… un aburrimiento horrible. Podría hacer lo que sea, LO QUE SEA, pero la pereza que tengo ahora mismo es superior a todo. ¿Cómo puedo ser así? Me quedo mirando la pantalla del ordenador. Nadie en el chat, nada en el foro. ¡Nada que hacer en una estúpida computadora! Pero aún así estoy esperando como una imbécil, mirando los colores de los miles de píxeles que forman la imagen del fondo de escritorio… esperando a que algo interesante aparezca por arte de magia. Por favor, ¡es viernes! ¡Haz el favor de salir fuera! Sabes de sobras que una vez estés en la calle comenzarás a sentirte mejor interiormente. Tal vez hasta se te quite el dolor de cabeza. ¿Nadie para salir? ¡Mentira! ¡Son excusas! Si te espabilaras seguro que encontrarías a alguien dispuesto a dar una vuelta como mínimo. Venga ya… ¿a quién pretendes a engañar? ¡Yo! Yo lo sé. A mí misma. Todo va entorno a mí… Tal vez debería llamarme Mía, como aquel personaje que tanto me gusta. Mía… Pero en realidad, Mía es la diosa de la bulimia. Ay… pero yo no soy bulímica, aunque alguna vez desee tener como a diosa Ana. ¡Anoréxica! ¿Qué persona quiere ser anoréxica? Solamente para llamar la atención. Suerte que sólo fue una idea estúpida de adolescente flaca a la que le encanta comer. Es irónico. ME COMO A MÍ. No. Sería incapaz de llegar a lo mínimo a lo que llegó Cielo Lattini en cuanto a desordenes alimenticios. No tengo ni el más mínimo problema en eso, adoro comer. Si no como, me muero. En cuanto a otros problemas psicológicos… ¡Echemos una carrera! Seguro que gano, Cielito.
¿A qué viene esto? Tal vez sea cierto que estoy loca. O tal vez, simplemente me afecte más de lo normal escuchar música. ¡Sí! ¡Sí, sí, sí! Música.
Ajá. Ahora un psicoanalista lee esto y explota. ¿De la risa? ¿De la desesperación? Venga… No comiences con el victimismo, bonita. Aburre. Es aburrido. Vale, ya paro.
¿Te das cuenta? Es la música. Te hace vivir más según qué sentimientos, depende de la canción. Intensifica el momento. Aprovecha con cada nota para desfogar todo aquello que sientes… todos tus pensamientos.
¿Estoy haciendo uso de la “palabra viva”? El señor Maragall estaría orgulloso de mí. Tan perfeccionista que soy yo… No es normal. Lo normal sería estar borrando este texto continuamente. Modificando frases, cambiando palabras. Eliminando pensamientos que tal vez considere ridículos.
¡NO! Se acabó. ¿Qué puta mierda de texto escribiste la otra vez? Ajá, aquel donde expresabas pensamientos, donde explicabas situaciones de tu día a día que te habían hecho reflexionar o que te inquietaban… teóricamente siendo sincera. Pero no lo fui. Y ahora me engañaré diciendo que esta vez vuelvo a empezar de cero y no voy a volver a mentir. ¡JÁ! Me río de mí misma. Tal vez escribiendo esto diga más verdades… pero seguiré mintiendo. ¡Es obvio! Los humanos somos cabrones e inseguros por naturaleza. Lo de mentir lo llevamos en la sangre, es inevitable.
Uy, se acabó la canción. Me duele la cabeza.
Ah, ya comenzó otra y el dolor volvió a disimularse. Supongo que estoy siendo masoquista… con dolor de cabeza y escuchando música. Debo estar jodiendo todavía más mi pobre cerebro. Qué chamuscado debe estar ya… Soy difícil de aguantar, ¿eh? ¿Y qué hago con esto? ¿Comienzo a enviarlo a gente como hice anteriormente? Ah, qué triste. No. Naaaaaaaah… (¡Puto Word! Me subraya el “nah” como falta de ortografía. ¿Y si a mí me da la puta gana de escribir “nah”? Maldita máquina. Si de hecho estoy escribiendo sin faltas yo sola. No necesito tu puto corrector que sólo me corrige las palabras que invento o que no salen en diccionarios aunque la gente las use. SÉ MÁS DE ORTOGRAFÍA QUE TÚ, ESTÚPIDO ORDENADOR… ¡a veces me doy cuenta de faltas obvias que ni tú corriges! No te necesitoooooooooooo).
Ay… ¿qué estaba diciendo antes de que desvariase de esta manera? Exalto rápido. Me siento extraña. Estoy extraña… Mmmh. Lo colgaré en un blog. Sí, haré un blog. Qué palo, ¿verdad? ¿Y cómo representa que alguien va a enterarse de que mi blog existe y leerá esto? … ¿Subnick? Ps. Alexander, búscate la vida.
¿Alexander? … ¡Ya me gustaría ser otra persona! Dije que iba a ser sincera. No voy a fingir ser otra persona. Tan sólo permitidme que use otro nombre femenino. ¡Eh! ¿Por qué no? Llamadme Alex. Pero soy Alex chica. Como de Alexandra o de lo que queráis. ¿Puedo ser Alex como de Zoe? ¿O como de Astrid? ¡Claro que puedo! Yo hago lo que quiero. Yo, yo, yo, yo. Yo, yo yo y yo. ¡Egoísta! Luego haré el blog, ahora tengo sed.
…Y Alex se fue definitivamente a beber agua.
(Hay que ver el escándalo que tengo que organizar para convencerme de ir a beber agua… ¡já!).

1 comentario:

  1. Si vas dejando comentarios por ahí, es posible que algún maldito enfermo violador de niñas (además de periodista...) lea tus ralladas y se introduzca en tu mente perversa, disfrutando con tus pensamientos más recónditos. En fin, yo también odio el corrector del word. Sobretodo cuando me corrije automáticamente las supuestas faltas. ¿Cómo se atreve? Supongo que es una máquina que no entiende de creatividad. Menuda gilipollez te acabo de escribir. En realidad sólo quería saber por qué has puesto lol al lado de mi nombre. Bueno, pues eso, que estás como una puta cabra pero eres genial. Cuando tu publiques, publicaré yo también. Ale.

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