jueves, 17 de diciembre de 2009

Teoría de la Amistad

Un trabajo de filosofía hecho en media hora a las 12 de la noche y deseando irme a dormir (por favor, tened esto en cuenta XDDDDDDDD).

Para empezar creo que, se hable del tema que se hable, es muy difícil plantear una teoría y conseguir plasmar en palabras exactamente lo que tú quieres decir. Supongo que la labor más grande, más que pensarlo y planteártelo bien, será lograr expresarlo. También encuentro difícil cómo empezar, así que me voy a ayudar un poco.
La amistad. Veamos primero qué es lo que dicen los señores de la RAE sobre ella:

amistad.
(Del lat. *amicĭtas, -ātis, por amicitĭa, amistad).
1. f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
[…]
5. f. ant. Pacto amistoso entre dos o más personas.

La verdad es que la definición que nos da la Real Academia Española es casi exacta a la que podría dar yo si tuviera esa capacidad de la que carezco para expresar bien lo que siento o pienso.
Sí, podría decirse que la amistad es aquel afecto que hay entre dos personas y que no pertenece a un ámbito familiar ni amoroso, pues es muy distinto el trato que se tiene con un familiar o querido que con un amigo. “Puro y desinteresado”; no es un afecto por compromiso o por fuerza de vivir durante años con él (familia) ni por algo sexual o amoroso.
Pero, espera… Así debería ser, pero leed esto: “Pacto amistoso”. ¿Seguro? Aunque supongo que no dice “Pacto” con el sentido más literal de la palabra, no puedo evitar mal pensar.
Representa que la amistad surge y que es puro y desinteresado y todo lo mencionado arriba anteriormente, pero, en realidad, mucha gente elige a sus amigos. Son falsos amigos. Amigos de clase, amigos de fiesta… Gente que frecuentas o incluso con la que sales pero que realmente no son amigos de verdad. Son amigos por conveniencia, por aburrimiento, por no estar solo o gente que simplemente te parece maja y te apetece ver de vez en cuando sin llegar a tener nunca una conexión especial. “Pacto amistoso”. Esa clase de amigos, amigos que no son de verdad, deberían llamarse en realidad “compañeros” o “conocidos”. A veces me siento falso/a cuando digo algo como “un amigo me contó…” o “le conozco, es amigo mío”; porque sé que no es verdad. A lo mejor alguien me cae bien, comparto gustos con él/ella o incluso nos vemos a menudo porque vamos a los mismos sitios o, es más, me apetece verle porque es divertido, pero eso no significa que seamos amigos. Probablemente, si se fuese a vivir a otra parte ninguno de los dos haría la molestia de ir a visitar al otro, ni siquiera una vez al año. Hay muchos conocidos de ese tipo y aún así nos empeñamos en llamarles amigos. Muchas veces hasta nos creemos que somos amigos de verdad; el clásico ejemplo es el de tu compañero de clase favorito. Como te ves cada día con él y vives diferentes experiencias con esa persona, empiezas a salir también con ella para seguir divirtiéndote o garantizar que seguiréis siendo vuestro “compañero” favorito (pacto amistoso). Y pueden pasar dos cosas: que con el tiempo acabéis conectando y siendo amigos de verdad o que, en X momento de tu vida en que te tengas que separar de ese ambiente que te obliga a estar tantas horas con ella (te cambias de instituto, esa persona se muda lejos, etc., cualquier cosa), pierdas el contacto con esa persona o de pronto se interese más por las personas que ahora tiene cerca que por ti, pues las ve más y le interesa más tener una buena “amistad”. Porque la “amistad” muchas veces es eso: interés. El interés de entretenerte, de no estar solo, de tener alguien con quien ayudarte. Si no tienes a nadie cerca de ti que cubra las necesidades de un verdadero amigo, buscarás un suplente. O puede que llegues a tener cien suplentes; pero eso no significa que sean verdaderamente amigos tuyos. Y ese es un error que comete mucha gente: considerar a alguien como a un “amigo” precipitadamente, a veces incluso sin conocerle del todo. Por eso dudo cuando debo explicar qué es para mí la amistad; porque hay la parte sincera, la auténtica, la bonita y desinteresada y la parte fea, la hipócrita e infantil. Si la gente supiera diferenciar bien entre un conocido o compañero y un amigo, yo podría decir abiertamente esto: la amistad es aquello que tienen dos personas que se conocen a fondo y que, pese a sus diferencias (aunque probablemente puedan tener algunas cosas en común, pero no siempre es así), pese a sus cosas buenas y sus cosas malas, se aceptan tal y como son; pues las cosas buenas de esa persona, aunque sean pocas, compensan con creces todo lo malo que tenga que soportar (o, ¡es más! Puede que hasta uno ame las cosas “malas” que tenga su amigo y le prefiera con esos defectos; pues es lo que pueden hacerle especial a uno. Sin esos defectos no sería la misma persona). Dos personas sinceras, con la suficiente confianza de decir, por ejemplo, cuándo les gusta algo y cuándo no sin temer qué pensará la otra. Dos personas que se preocupan una por la otra y la ayudan sin que sea necesario pedirlo, ¡y no por compromiso! Sino porque desean hacerlo, porque si el otro no está bien, él tampoco lo está, pues no soporta ver sufrir a su amigo porque le aprecia demasiado. Dos personas que lo pasan bien juntas y que aunque se distancien o aparezcan nuevos individuos en medio sigan en contacto y no pierdan nunca la confianza y el afecto que tienen la una por la otra. Y, obviamente, cuanto más tiempo pasa más grande es la amistad, porque cuanto más tiempo pasas con una persona, más la conoces y descubres más cosas (buenas o malas) que aceptar sobre ese individuo y, por lo tanto, si una amistad no muere es porque se hace más fuerte.

En conclusión: considero que la amistad es algo muy escaso y difícil de conseguir y que la gente comete un gran error al no saber diferenciar un compañero o conocido de un verdadero amigo. Esta equivocación es lo que más abunda (pues es lo más fácil) y no es más que eso: un pacto hipócrita que se hace por interés, por aprovecharnos del otro (a la vez que el otro se aprovecha de nosotros) para conseguir X; mientras que la verdadera amistad es algo precioso, sincero y desinteresado.

2 comentarios:

  1. Creo que tienes mucha razón en todo lo que dices. Lo peor de todo es que, aún siendo conscientes de ello, es algo que todos hacemos, aunque algunos lo reconozcan y otros no y se empeñen en decir cosas como que realmente toda esa gente son amigos de verdad.
    Para mí la prueba de fuego a la hora de determinar una amistad es, cuando pasa mucho tiempo sin que esas personas estén en contacto, si en el momento de reencuentro se sienten cómodas la una con la otra y no se ha perdido la confianza ni el afecto.

    Un besico juapo/a.

    ResponderEliminar
  2. Opino lo mismo pero con menos letras, los amigos, no son mas que "colegas con interes ( mutuo o no )" y cuando te sale un amigo mejor en eso, lo cambias... asi pues, considero el concepto de "mejores amigos" los amigos totalmente inutiles que no te valen para nada... mas que para ser amigos :)

    ResponderEliminar